Manuel Vargas | @MA_Vargas7
En la Caja Mágica de Madrid, Rafael Nadal se encargó precisamente de darle honor a ese nombre, porque dio un recital mágico para derrotar en dos sets al joven Dominic Thiem, con parciales de 7-6 (10-8) y 6-4, consiguiendo así su quinto trofeo de este Mutua Madrid Open y el tercer título consecutivo de esta campaña.
Nadal no entiende de edades, momentos o estrategias cuando juega sobre tierra batida. Es su elemento y lo domina como nadie; aunque hay instantes en que demuestra que es humano ni toda la calidad que atesora Thiem, a quien en un futuro no muy lejano le tocara celebrar, puede tumbar al balear.
Un comienzo dubitativo, que afectó mucho más a Nadal, hizo que el primer parcial fuera un sube y baja para ambos lados; porque aunque el mallorquín combinó grandes momentos (llenos de puntos épicos, de dejadas, de grandes reveses y tiros a contrapié) con errores puntuales, el austriaco no supo aprovechar sus puntos altos (de reveses a una mano, potente saque y buenas devoluciones) para picar adelante y sacar provecho de los despistes de su rival. Con un quiebre por lado, Nadal llegó hasta disponer de cuatro set point, pero Thiem pudo resistir en ese décimo game para dejar las cosas 5-5 y poco después llevar set al el tie-break.
El tie-break fue un resumen de ese primer set. Entre las idas y venidas, el último error lo cometería el austriaco para que Nadal obtuviera ese primer parcial y diera un paso más para acercarse al título. Fue un emocionante set en el que el español dejo detalles de su dominio, pero en el que también Thiem pudo mostrar al mundo su gran tenis.
La emoción cayó un poco, pero el buen accionar de Nadal hacía que todos se mantuvieran expectantes y además que el duelo se inclinara irremediablemente a su favor. Los puntos no eran tan luchados e intensos como en el primer set, sin embargo no dejaba de ser abrumador la forma de jugar de un “Rafa” que, tras quebrar el saque de su rival en el primer game, se limitaba avasallar con su saque a Thiem, que aguantaba como podía.
Sin embargo, el austriaco tenía una última cosa que decir. El partido volvió a subir a partir del noveno game gracias a un triple macht point de Nadal que Thiem logró salvar con su gran saque. En el décimo punto, el joven de 23 años, no quería darse por vencido y dio bastante pelea, pero Nadal en modo imparable mató cualquier opción, quedándose con el trono de la capital española.
Montecarlo, Trofeo Conde Godó y ahora Madrid. Roland Garros se asoma en el horizonte para un Nadal que luce cada vez más imbatible en una superficie de la que ya pocos dudan es el rey supremo.
Source: meridiano